Un recibidor siempre nos da una pista sobre su o sus propietarios, sobre su forma de vivir, de sentir y de recibir, y siempre es el punto de partida, y por eso este post, por los comienzos.
Fantástico el suelo, esa cosa de casita de pueblo sin serlo... ¿o quizá sí?
Es tan, tan, tan... que me encanta!
Pequeño, pero otra vez, el suelo hace mucho, ¿no os parece?
Y por último, los recibidores de Miles Redd, siempre ideales, en cualquier estilo!